Invisibilidad

"Voici mon secret.
Il est très simple: on ne voit bien qu'avec le cœur.
L'essentiel est invisible pour les yeux."
Antoine de Saint-Exupéry
A veces me vuelvo invisible. Súbitamente, por obra de la voluntad de una persona, mi cuerpo deja de ser opaco y reflejar la luz, para pasar a ser una superficie perfectamente transparente a través de la cual ella puede ver la calle, los edificios, la gente... todo en fin.
Es un muy extraño fenómeno óptico cuyas razones más profundas ignoro y no he logrado desentrañar por mucho que lo he estudiado. Siempre sucede del mismo modo: yo estoy, digamos, en la calle, aunque bien puede ser una biblioteca, una tienda o una oficina, es de día y hay luz suficiente como para distinguir las cosas y los seres que me rodean. De repente aparece ella, que no está demasiado lejos y lleva puestas sus gafas. Un segundo yo pienso: ahora va a verme y saludarme. Pero ella posa su mirada en lo que yo suelo llamar mi cuerpo, es decir, la parte visible de mí, lo que la gente que me conoce asocia con mi persona, y en lugar de reconocerla, la atraviesa como si fuera una ventana y mira más allá, la avenida, el parque, los coches... Entonces dudo, ¿existo? Si yo la estoy viendo con mis propios ojos como veo el semáforo que está cambiando y el autobús que viene de la izquierda, ¿cómo puede ser que ella no me vea? ¿Habrá un rayo que crea un punto ciego justo donde estoy parada? ¿Habrá siempre un rayo encandilándola cuando yo aparezco? ¿Aparezco? ¿O más bien desaparezco?
Es la repetición lo que me consterna. No se trata de una reacción aislada de un temperamento ciclotímico. Quiero decir, hay personas ante las cuales sólo de vez en cuando me vuelvo invisible. Es desconcertante pero una puede decirse ‘estará alunada’ o ‘se habrá olvidado los lentes en casa’. Cuando se trata de ella, en cambio, es ley que sus ojos nunca jamás me vean. Confieso que me pesa esta invisibilidad unilateral. No por afecto o amistad perdidos, tampoco por aquello de la decepción ante la condición humana. No. Es lo perturbador de la vivencia: volverse invisible no por decisión propia sino ajena. Durante unos segundos me encuentro -¿me pongo?- a su arbitraria merced y ella, con un pase de brujería, me hace desaparecer.

Mi invisibilidad dura todo el tiempo que estoy parada en la esquina. Ahora ella cruza la calle en dirección opuesta a la mía. Yo la miro y entonces sucede algo inesperado. Todas las fibras de su cuerpo, y aun su ropa, se han vuelto traslúcidas... transparentes.... invisibles... Yo atravieso el espacio en que ella se hallaba hace un instante. ¡Ha desaparecido!

Comentarios

  1. Hola
    gracias por el mail enviado al grupo argies,asi entre a leer.
    (este texto "Invisibilidad" me gusto ).

    Soy un arq. y artista plastico,....
    si necesitas ilustraciones, ofrecido !!.

    (Busco nuevos trabajos en esta zona,donde estoy /West Vlaanderen/Belgica,.... Dibujos,Pinturas,Imagenes,etc ).

    saludos
    Claudio F.
    www.pincas.com.ar
    www.picasaweb.google.com/claudiofeldman

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