Margarita está en la luna

- Margarita está en la luna.
Ah, sí, es que ella es tan distraída…
No, no. Está en la luna.
- ¿Quieres decir que anda pensando en otra cosa? Estará preocupada… O enamorada. ¡Ve tú a saber! Me parece que le gusta el chico de enfrente.
- No quieres oírme, ¿verdad?
- Claro que sí, te estoy oyendo.
- Pero no has entendido lo que digo.
- Que Margarita está en la luna…
- Sí, está en la luna.
- ¿Y te parece tan grave eso? Tú también estás a veces en la luna.
- Yo estoy aquí, ¿no me ves?
- Sí te veo, sí.
- Pero Margarita no. Margarita está en la luna. 
- ¿Y dónde está Margarita?
- En la luna. ¿No te digo? ¿Eres sorda o qué?
- Ya… (Pausa) ¿Pero dónde está Margarita? (Llama.) Margarita, niña , ¿dónde estás? Que te andamos buscando…
- (cogiéndola de los brazos y sacudiéndola)¿ No has entendido? Que se ha ido.
- (alarmada) ¿Se ha ido? ¿Y adónde?
- A la luna.
- Dios mío, mi niña, ¿cómo es posible? 
- Ahora mismo está en la luna.
- ¿Y cuándo vuelve? 
- Yo qué sé. La pregunta es más bien si vuelve.
- (desesperada sollozando) ¡Margarita, Margarita, baja ya mismo de ahí, no sea que te caigas, niña! (Al otro.) ¿Tú crees que me oye?
- ¿Cómo saberlo ?
- ¿Y cómo hizo para trepar tan alto?
- Clara la vio subir por la escalera del fondo.
- ¿Clara la vio? ¿Y por qué no la detuvo? Ya me decía yo que no podía confiarse en esa mujer… ¿Y ahora qué hacemos?
- Esperar. ¿Qué remedio?
- ¿Y si subimos nosotros también?
- ¿A la luna? Ni ebrio ni dormido.
- Ah, yo sí, yo voy.
- ¿Y cómo piensas hacerlo?
- (decidida, yéndose) Por la escalera.
- (deteniéndola) ¿Sabes a qué distancia está la luna?
- Si mi niña pudo, yo también.

La mujer se aleja hacia la escalera del fondo. Sale otra persona que trae en las manos algo que ha estado amasando. 

 - ¿Qué pasa?
- Margarita está en la luna.
(mirándolo incrédulo) ¿Y?
- (señalando en la dirección donde salió la mujer) Fue a buscarla.
- ¿Cómo que fue a buscarla? ¿Adónde?
- A la luna.
- (asiéndolo por la manga y ensuciándolo de paso con harina) ¡No me jodas!
(sacudiéndose la harina) Te dije que está en la luna.
- ¿Y fue a coger la primera nave espacial que pase por la parada de la esquina? 
No. Margarita subió por la escalera del fondo y ella quiere hacer lo mismo.

El de las manos en la masa mira a los ojos al otro y alza una ceja. Marca una pausa. Parece que se va a ir por donde vino pero al final se encamina hacia el fondo.

El otro se queda solo. Mira hacia adelante, pensativo. Luego, con una sonrisa de medio lado, dice:

- Están todos en la luna menos yo. Lo que siempre he dicho: soy el único cuerdo en esta familia.


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