Los tecnócratas están entre nosotros

Según fuentes anónimas, un número no conocido de tecnócratas desempeñaría funciones del más alto nivel en los ámbitos político, económico y financiero.

Un número no conocido de tecnócratas se encuentra desde hace un periodo de tiempo difícilmente determinable entre nosotros ejerciendo funciones del más alto nivel en los ámbitos político, económico, financiero e incluso cultural. Así lo dio a entender ayer un ex funcionario de la administración que desea permanecer anónimo, en el marco de un reportaje acerca de las violentas represiones de los manifestantes. “Son seres casi humanos, pero carecen de corazón,” dijo.

Este comentario parece confirmar los rumores que circulan desde hace al menos un mes sobre la naturaleza de algunos miembros del gobierno. Según algunos, las reacciones de crueldad inusitada probarían que estos individuos no son humanos. Originarios de quién sabe qué remoto confín del espacio, estos seres serían capaces de adoptar forma humana a un grado tal de perfección que es imposible distinguirlos de nosotros. Habría solo un rasgo que los diferencia y es la ausencia total de sentimientos hacia los otros, muy bien resumido en la fórmula “no tienen corazón”, repetida a menudo en boca de la gente.

El Ministerio del Interior, en rueda de prensa convocada esta mañana, se ha apresurado a desmentir esta información. Interrogado por los periodistas, el ministro comentó: “Es un disparate, todo el mundo sabe que los tecnócratas no existen. Son rumores malintencionados que la oposición ha esparcido para sembrar el pánico.” Y a modo de prueba, invitó a uno de los allí presentes a subir al estrado y le dio lo que en términos habituales llamamos un fuerte y conmovido abrazo.

La prueba, sin embargo, no convenció a todo el mundo y un grupo de reporteros pidió que se organizara una proyección pública del documental sobre la represión sangrienta, con la asistencia obligada de los miembros del gabinete sospechosos de ser tecnócratas, y que la sesión pudiera ser fotografiada y filmada por los periodistas. Ante lo cual, el ministro, cuyo nombre figura entre los supuestos tecnócratas, respondió con una sonrisa que no tenía “nada que ocultar” pero, acto seguido, se lo vio susurrando al oído de su secretaria y señalando a los autores de la iniciativa para que tomara nota.

Como suele suceder, la desmentida del rumor no ha hecho sino acrecentar las sospechas de que estos seres estén efectivamente entre nosotros. Los tecnócratas, tal como los retrata la fantasía popular en historietas, películas, leyendas urbanas y hasta en alguna que otra letra de rap, son una especie de Cyborg, cruza de humano y ordenador, surgida, según las versiones, o bien de la mente de un científico diabólico o bien por accidente en un laboratorio sideral, y cuya misión es apropiarse de la Tierra para absorber todos sus recursos y alimentar así energéticamente a sus congéneres. Habría entonces una lucha oculta y sorda por el dominio del planeta entre humanos y tecnócratas, estos últimos siempre dispuestos a acabar con todas las vidas que sea necesario para cumplir sus propósitos.

Cómo son los verdaderos tecnócratas y si pueden o no adquirir características antropomórficas, no disponemos de los medios para saberlo hasta ahora. Es la crueldad inusitada de algunos miembros del gobierno en connivencia con banqueros y empresarios –ellos también sospechosos desde hace tiempo de no ser humanos- sumada a la falta total de adaptabilidad y comprensión ante las necesidades ajenas, lo que hace suponer al redactor de esta noticia que, diga lo que diga el ministro, los peligrosos tecnócratas están entre nosotros por lo que invitamos a la ciudadanía a la mayor prudencia.

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