Bocetos en el tranvía

1

Dos mujeres conversan frente a frente en el 21. Parecen conocerse del vecindario, de la escuela de los hijos o alguna circunstancia por el estilo. La que va sentada en la dirección que avanzamos es más gorda y tiene un aspecto ligeramente más descuidado que la otra, que además se ve más joven y más discreta. La primera le pregunta por ¿un hijo? La otra responde que ya está en primero de secundaria y alguna de las dos no puede evitar la frase de rigor, ¡cómo pasa el tiempo! Mientras la mayor se baja y me quedo observando de reojo a la que sigue sentada delante de mí pasillo de por medio, viene a mí un pensamiento malicioso: esa gente tan educada, tan políticamente correcta que no deja traslucir nada de su juicio social en la mirada...

2

Suben juntas al 25 y se sientan frente a mí dos chicas bien flamencas, altas, rubias y con ropa moderna, y una de origen árabe que lleva velo. Van hablando las tres en neerlandés de estudios y conocimiento de idiomas. La del velo habla tan bien como las otras. Si la que lleva la voz cantante, la flamenca sentada en el medio, siente desprecio por la musulmana, tiene la corrección suficiente para no hacérselo notar. De cualquier modo, nada la autoriza a ello: ze spreekt toch goed Nederlands.

3

Un tipo flaco rubio de pelo largo y aire medio perdido dibuja de pie en el metro lleno de gente de las cuatro de la tarde. En un bloc inmenso dibuja una figura mítica muy estilizada, con cara de antílope y amplios brazos o alas. Me cuesta entender la urgencia de su gesto pero es tan válida como la mía cuando me paro en medio de un pasillo a escribir estas notas.