Origen de la palabra «nómada»


Nómada es una palabra de origen nostálgico, es decir que conlleva en su sonoridad la nostalgia de una tierra perdida. Fue inventada por una tribu que debió abandonar su tierra, que en su dialecto se llamaba mada. Negar la tierra, negar la mada, dio como resultado nómada. Sin mada, sin tierra, la tribu se vio forzada a desplazarse constantemente a la búsqueda de un lugar donde vivir, un lugar que, al cabo de un tiempo, siempre resultaba precario, o por lo menos inadecuado, porque no satisfacía, no colmaba aquella necesidad de vincularse fuertemente con la tierra que habían tenido otrora y habían perdido para siempre. 
A menudo sucedía así: llegaban todos juntos a un sitio, que les parecía el paraíso mismo en la Tierra. Alababan sus paisajes y sus frutos, sus casas y sus jardines, que sentían como vergeles. Se instalaban, hacían sus viviendas al modo de los habitantes del lugar y comían lo que ellos. Aprendían su lengua y hablaban como ellos. Esto duraba cierto tiempo, difícil de medir en términos de meses, años o décadas. Hasta que un día, un día que nunca fallaba en su puntualidad poética, alguien de la tribu, alguien que podía ser un niño o una vieja, rara vez un adulto, apoyaba los pies descalzos en la tierra y sentía un picor inexplicable que dominaba toda otra sensación. Y esa niña o ese viejo, iba y se lo decía a su padre o a su hija o, lo que es lo mismo, a su hijo o a su madre, que extrañamente comprobaba que a él o a ella le pasaba lo mismo. Poco a poco la noticia corría y los ancianos comprendían que había llegado el tiempo de partir. De nuevo al desierto o a la selva o a los caminos o al bosque, errantes en busca de esa tierra que había quedado en el pasado y nunca volverían a encontrar.









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