Soltando el miedo
Escribir es un
proceso liberador que se nutre de las tensiones de mi cuerpo, de los muchos
nudos que se me hacen y deshacen en el estómago varias veces por día, y va
extrayendo de la madeja confusa de emociones, al forzarlas a limitar su caudal
hasta convertirse en una línea de palabras medidas, regidas por la coherencia
estricta que exige la lengua, un hilo tenue, esto mismo que voy poniendo en el
papel y ustedes están leyendo, que, al decirse, alivia. Por eso escribo. Porque
hace días que la incertidumbre anuda mis órganos, contrae mis músculos,
paraliza mi actuar. La escritura es acción que reinyecta fluidez en el proceso
vital, desatando nudos, dejando salir gritos, soltando viejas resistencias. No
resistas, te dices. Solo respira...
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