Dos microrrelatos


1.

Le gustaría, de repente, en menos de lo que tarda en chasquear los dedos y sin tener que desembolsar de una sola vez lo que tarda años en ahorrar ni pasar por horas interminables de espera en aeropuertos, estar paseando por la Avenida Santa Fe del brazo de su madre mirando vidrieras.


2.

La pluma que escribió el texto premiado no podía saber, al posar sobre el papel la tinta que iba trazando los contornos de las letras que intentaban reproducir los pensamientos de quien la gobernaba, que serían aquellas palabras, dispuestas en un orden preciso por la mano inspirada del escritor una noche de insomnio, las que trasladadas a través de corrientes virtuales a miles de kilómetros de donde se encontraba, tocarían el corazón del hombre o la mujer llamado a escoger el relato ganador.


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